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Allá por la India tienen como objetivo unirse con el Atmán, que es el todo. El camino para llegar a entender la totalidad del mundo, del ser y lo que rodea a los sentidos, es la búsqueda del Yo. Puede sonar demasiado trascendental, pero eso es lo que hizo Shuarma, ex-cantante de Elefantes, en concierto, hábitat natural.

Era todo parte de unas jornadas organizadas por Kultur Leioa. Ya son las segundas. Constan de una mesa redonda presentada por dos expertos y posterior concierto. En esta ocasión, al catalán le acompañó Mikel Erentxun. En realidad era a la inversa, o sea, Shuarma era el telonero. Pero quedan claras mis preferencias.

Iniciativa muy positiva la del colectivo cultural de Leioa. La mesa redonda cumplió con el objetivo inicial: no sólo acercar a los músicos a su público, por medio de preguntas sobre su inspiración y creación musical, sino casi ponerlos en comunión. Y resulta sorprendente teniendo en cuenta que ninguna pregunta vino del respetable. Pero lo de dentro ahí queda. Después de las revelaciones interiores de Shuarma, vino su concierto. Supongo que la participación de Erentxun saciaría a sus seguidores.

El concierto, a parte de impecable musicalmente, llevando al espectro acústico sus canciones en solitario, vino a reflejar otro lado que con Elefantes no mostraba. La filosofía es la misma, aquella que interpreto como una versión pop de los Héroes, pero la forma cambia un tanto. La actuación fue aún más íntima, si cabe, que la despedida de los Elefantes en Bilbao, el año pasado. El ensimismamiento no dejaba fuerzas ni para aplaudir. Sería por el efecto de haber dado con el Yo, a través del Él o el No Sé Quién del propio Shuarma. Lo dicho, impecable. Suerte que vuelve pronto. Y suerte que iniciativas como ésta siguen llevándose a cabo, y que tienen la acogida de la gente.

Nota: Igual pensáis que mis reflexiones musicales en este rincón coinciden con mi asistencia a conciertos y no responden a una selección objetiva de la escena. Así es. Menos mal que los elijo bien.